FEMICIDIO Y MUERTE
mar 192021LAS DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA
por Andrea Mac Donald (*)
Uno de los flagelos actuales dentro de nuestra sociedad es el femicidio, sinónimo de muerte, desesperación y desequilibrio, tres palabras que convocan a la reflexión de toda una sociedad. Sin embargo, la toma de conciencia es difícil día a día, donde las muertes de mujeres se multiplican sin cesar y sus reclamos por justicia quedan en la nada.
Para ello existe la prevención constante contra esta nueva modalidad de violencia que impone la pérdida de vidas de muchas quienes reclaman a través de sus denuncias y no son escuchadas.
El femicidio constituye una de las mayores problemáticas en Argentina dado la multiplicidad de hechos que se producen, la cantidad de víctimas fatales y las modalidades mas aberrantes y siniestras que utilizan quienes lo cometen sin motivo ni razón fundada.
Al menos de acuerdo a las estadísticas vigentes, se considera que una mujer muere cada 30 horas; aquí advertimos no solo una clara falla de la sociedad sino además del propio Estado que debe velar por los ciudadanos y prevenir estos delitos.
El delito de femicidio es sancionado en Argentina por el inc. 11 del artículo 80 del Código Penal, “se impondrá prisión o reclusión perpetua pudiendo aplicarse lo dispuesto en el artículo 52, al que matare: a una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género”.
Uno de los interrogantes dentro del femicidio es si el sujeto tenía motivos justificables para hacer que una mujer cualquiera sea su vínculo le dio muerte; en la mayoría de los casos los motivos son escasos e injustificables ya que no llegan a cubrir el daño provocado no solo a la víctima sino también a su propio núcleo familiar.
Se considera que entre el año 2005 y 2014 ocurrieron 1.808 femicidios, entre Enero y Octubre de 2015 la cifra ascendió alrededor de 233 mujeres víctimas de violencia de género. El 25 de noviembre de cada año se conmemora el “Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer”, día en el cual configura una toma de conciencia para poder erradicar este tipo de modalidad de violencia que sigue en ascenso y multiplicándose en todo el país.
(*) La autora es adjunta de las materias de Análisis económico y financiero de la UBA – Facultad de Derecho.